miércoles, 18 de mayo de 2011

- Mi asignatura pendiente

A veces las palabras nos hacen pasar malos ratos y otras nos alegran un día entero, unas se olvidan y otras se te quedan clavadas para toda la vida pero lo peor de todo es que a veces salen de tu boca sin que te des cuenta, y sobretodo esas típicas palabras que duelen. Se escapan, salen sin pedir permiso y cuando ya es demasiado tarde, ya esta dicho y no puedes hacer nada para cambiarlo. Hay que aprender a controlarlas. No es tan difícil, solo hay que pensar, 
pensar antes de abrir la boca.